Casi simultáneamente, el FMI, a través de su titular Kristalina Georgieva, pidió a la Argentina una fuerte reducción del déficit fiscal a través de la suba de tarifas y la contención de los salarios públicos y las jubilaciones y pensiones, para alcanzar los términos del acuerdo con el país, un día después del desembolso de U$S7.500 millones.
En ese marco, fue el propio titular del Palacio de Hacienda quien, al regresar de los Estados Unidos, donde mantuvo reuniones con autoridades de ese organismo, criticó la postura del Fondo, al calificarlo como “un acreedor privilegiado socorrido por operaciones de crédito bilateral de otros países”.
El mismo día en el que afirmó que “tengo al equipo trabajando para mañana (por este viernes) lanzar las medidas, cuántas y a qué sectores abarcan”, con la mira puesta en “compensar a sectores más vulnerables de la sociedad”, especialmente afectados tras la devaluación del lunes posterior a las PASO, que repercutió en remarcaciones masivas de precios.
En efecto, el candidato de Unión por la Patria (UxP) tomó nota de ese efecto no deseado —aunque previsible— y para este viernes se espera que el ministro realice anuncios tendientes a “compensar” y “recuperar” el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores.