La pobreza subió seis puntos en el último año del gobierno de Macri

Un 37,5 por ciento de la población urbana -unas 15.750.000 personas- se encontraba en situación de pobreza multidimensional a fines de 2019, según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Las cifras implican un crecimiento de seis puntos en el índice de pobreza multidimensional respecto de 2018, cuando se encontraba en 31,4 por ciento, y representa una suba de 8 puntos desde 2010, cuando estaba en 29,7 por ciento.

De todos modos, aunque la cifra conocida ahora es alta, es menor a la brindada por el organismo de la UCA en diciembre último correspondiente al último trimestre de 2019, que daba un índice de 40,8% de pobreza en la Argentina, pero estimado exclusivamente en los ingresos monetarios.

El informe, titulado “La pobreza más allá de los ingresos. Informe sobre pobreza multidimensional 2010-2019”, presenta nuevos datos obtenidos a partir de una novedosa metodología de medición, que registra la situación de los ingresos de los hogares así como las condiciones en que se encuentran frente a derechos tales como el acceso a la alimentación y la salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, educación, empleo y seguridad social.

Según el relevamiento realizado entre 2010 y 2019, la cifra de pobreza multidimensional fue variando de la siguiente manera: 29,7 al inicio de la serie; 24,8 en 2011; 24,4 en 2012; 25,5 en 2013; 26,5 en 2014; 27,2 en 2015; 29,2 en 2016; 26,7 en 2017; 31,4 en 2018 y 37,5 en 2019.

Agustín Salvia, el director del ODSA, explicó que en el informe “se analiza la evolución de las condiciones materiales de vida de la población urbana en la Argentina a partir de un enfoque multidimensional fundado en derechos”, aplicando una metodología inspirada en la matriz bienestar/derechos que desarrolló el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de México.

“En un país que dispone de muy pocas estadísticas sociales para hacer comparaciones fiables sobre cómo estábamos hace diez años, cómo estamos ahora y cómo podremos estar en la nueva década que se inicia, los desafíos asumidos y la tarea realizada son de un gran valor académico y social”, afirmó.

El nuevo informe del ODSA revela una tendencia dispar en la que, por una parte, se observan mejoras sustanciales en el acceso a una vivienda digna y a un medio ambiente saludable pero, por otra parte, se manifiesta un deterioro, claramente marcado a partir de 2016, en las dimensiones alimentación y salud, y en el acceso al empleo y la seguridad social, aspectos ligados de manera directa a los ciclos económicos.

El déficit que se observa a nivel de hogares en la dimensión alimentación y salud “experimentó un descenso inicial y marcando un pico en 2014, se ubicaba en torno al 19% para el año 2015, pero a partir de 2016 las condiciones de privación comienzan a incrementarse hasta alcanzar al 26,6% de los hogares en 2019”, según precisa el informe.

“Esta evolución se explica desde 2016 por las dificultades para el acceso a medicamentos y a la atención médica, y desde 2018 por el incremento de la inseguridad alimentaria severa, en un contexto de fuertes incrementos de los precios de medicamentos y alimentos y descenso del consumo en términos generales”, agrega.

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